Reflexión, aprendizaje e investigación volvieron a encontrarse en Florida Universitària en la primera sesión de ‘Les Estacions de la Diversitat’. Un nuevo formato que nace de las pasadas cinco ediciones de las Jornadas Internacionales de Diversidad y que propone abordar cuatro temáticas a lo largo del curso escolar, siguiendo la línea de las estaciones del año: Tardor Inclusiva, Hivern Intercultural y Primavera Trans, finalizando con una última jornada dedicada a la comunicación y a poner en común buenas prácticas con el Estiu Reflexiu.
Los grupos de investigación ‘INCOEDIS‘ (Investigación en Coeducación y en Diversidad) y ‘Bienestar y Educación‘ coordinan esta iniciativa para la «creación de contextos de crecimiento personal y profesional en los que la interdependencia, el cuidado y las experiencias compartidas sean ejes de cambio hacia una diversidad e inclusión real».
‘Tardor Inclusiva’ ha sido la jornada encargada de iniciar este camino en el que se conectan educación y diversidad. Este primer diálogo puso el foco en la inclusión para «garantizar el derecho a una enseñanza equitativa y de calidad, detectando las barreras dentro del ámbito escolar que dificultan el acceso, la participación y el aprendizaje de todo el alumnado, especialmente del más vulnerable», explicaba Sonia Renovell, investigadora principal del grupo INCOEDIS, antes de dar paso a la ponencia inaugural “Capacitismo: la gran barrera para la escuela inclusiva”, que comunicó Raquel Sánchez-Padilla, maestra y Dra. en Antropología Social y Cultural.
Tomando distancia respecto a cómo se concibe el sistema educativo tradicional, Raquel Sánchez-Padilla enfrentó la idea de la escuela capacitista frente a la escuela diversitista, exponiendo mitos sobre la segmentación de las aulas según las capacidades de sus estudiantes para mejorar el ritmo de aprendizaje.
«Aquello que se considera “normativo” se configura a partir de un sistema de creencias y prácticas que se entienden por correctas y que generan división entre las personas que se encuentran dentro y fuera de la norma», exponía Sánchez-Padilla. «Este concepto, trasladado a la enseñanza, es lo que constituye un sistema educativo capacitista que no atiende a la verdad del ser humano, donde coexiste una amplia variabilidad de sensibilidades e inteligencias».
Defendía pues que el sentido de una escuela es proporcionar un espacio donde «indudablemente debe haber un aprendizaje», pero en el que también se enseña «a convivir en diversidad». En este sentido, Raquel Sánchez-Padilla remarcaba que el profesorado debe «identificar y establecer la mejor manera de enseñar, dando los apoyos necesarios», y que el futuro educativo vendrá determinado por la neuroeducación como «nuestra gran aliada para establecer los principios de la escuela inclusiva».
A esta intervención, le siguió una mesa redonda con la participación de la asociación Incluversa (Benetússer), que promueve la inclusión social educativa y deportiva en la neurodiversidad con apoyo e información a familias con personas a cargo de diversidad funcional, y también profesorado de Escuela 2 (Paterna) y el IES Andreu Alfaro (Paiporta). Una oportunidad para exponer sus metodologías, iniciativas y proyectos con los que integran la inclusión y la diversidad en sus áreas de acción y centros educativos.
Mª Carmen Macías y Mari Carmen Fácila de Incluversa, aprovecharon la su participación para exponer la necesidad de realizar un «cambio de mirada» desde la escuela. «Es imperativo humanizar los casos de diversidad, con nombre y apellidos». Y para la correcta inclusión de todo el alumnado manifestaban que las escuelas «deben ajustarse a los criterios de los niños y niñas, y no al revés. Esa es la auténtica inclusión».
En ese aspecto, Escuela 2 decía estar ya «en el camino». La escuela cooperativa situada en La Canyada, exponía un proyecto en constante transformación y formación, aplicando fórmulas que se ajustan a los cambios sociales, medioambientales. «Un continuo reciclaje de estrategias que, desde la comprensión, entiende el cambio como una oportunidad colectiva», expresaba Ana Montagud, Directora Pedagógica.
Por su parte, Juan Sanchis (docente de Escuela 2), destacaba que la auténtica meta es la «convivencia». Para este fin, matizaba la importancia de normalizar las diferencias desde una mirada positiva, de manera que todo el alumnado tenga cabida estableciendo «sus propios ritmos y rutas personalizadas».
Natividad Requena, Mª Jesús Tiburcio y Maria Vicens del I.E.S Andreu Alfaro compartieron la transformación exponencial del centro, que actualmente cuenta con diversos programas de atención a la diversidad (PAC, PDC1, PD2), así como también una unidad específica (UECO) que sirve como recurso de apoyo especializado e intensivo para facilitar la presencia, participación y progreso del aprendizaje a estudiantes con necesidades educativas especiales.
Para este centro de educación secundaria, es fundamental la coordinación entre los equipos de orientación y dirección «para dotar a los docentes de las herramientas de gestión y atención que atiendan de forma apropiada a todo su alumnado».
Concluida la mesa redonda, la jornada abrió un espacio de diálogo con la participación de todas las personas asistentes en las que se expusieron las barreras, retos y desafíos a los que se enfrenta la inclusión real en las escuelas. De la misma manera, y recogiendo la información expuesta durante toda la jornada, así como las experiencias y testimonios compartidos, se pusieron en común soluciones y vías de actuación para encaminar las estrategias que deriven en una sociedad que acoja la diversidad y donde la inclusión sea efectiva.
‘Estacions de la Diversitat’ continuará el 1 de febrero con ‘Hivern Intercultural’. Un nuevo espacio que planteará cuestiones en torno a la (re-)producción de relaciones desiguales y su transformación desde la educación asociando los conceptos de la “construcción discursiva” así como la “alteridad”.
