Luchar por el derecho a la participación de la infancia y la adolescencia es uno de los objetivos que Florida Universitària, como parte de la cooperativa valenciana dedicada a la educación, promueve como una de sus máximas. Una voluntad que comparte junto a Quera, asociación orientada a actividades relacionadas con la participación ciudadana —en especial en la infancia y la juventud—, y que este 19 de octubre ha organizado el III Congreso de Infancia y Adolescencia, DINÀMIA VLC, una actividad que, por tercer año consecutivo, ha contado con la colaboración de Florida Universitària.
La jornada, que en esta ocasión ha acogido el TAC de Catarroja con la asistencia de casi un centenar de personas, ha propuesto un «espacio de alianzas y reflexión en favor de la acción comunitaria de menores y jóvenes», tal y como ha expresado Cristina López, presidenta de Quera. Para este fin, el Congreso incluye talleres, dinámicas y mesas redondas que tendrán como vehículo el buen trato y el uso de las nuevas tecnologías en los ámbitos de formación no reglada y el ocio educativo. Una cita que, además, se engloba en la celebración del 30 aniversario de la asociación, con el deseo de «infundir en la sociedad una mirada amable y dirigida al acompañamiento, que permita generar cambios sociales hacia al respeto de la infancia y la adolescencia» como manifestaba también su presidenta, abriendo la jornada.
Por parte de Florida Universitària, el acto inaugural ha contado con el respaldo de Mercedes Aznar. La presidenta de Florida Grup Educatiu también ha compartido unas palabras hacia las personas asistentes, agradeciéndoles su participación en una cita ya referente en el sector de la educación. «Os invitamos a aprovechar esta oportunidad para generar espacios de diálogo, abiertos y colaborativos, que os permitan intercambiar buenas prácticas, poniendo siempre en el foco los derechos y el bienestar de niños, niñas y adolescentes, es decir, hacia las personas que asegurarán nuestro mañana».
También han asistido a la apertura la alcaldesa de Catarroja, Lorena Silvent; Miquel Verdeguer, concejal de Infancia, adolescencia y juventud (Catarroja); José Tàrrega, Director General de Transparencia y Participación de la GVA, así como Elena Albalat, Directora General de Familia, Infancia y Adolescencia y Reto Demográfico.
La primera edil de Catarroja daba las gracias a la organización por situar una cita «de tan importante magnitud» en esta localidad de l’Horta Sud. Silvent remarcaba así la necesidad de «otorgar voz y poder en la toma de decisiones a los diferentes sectores que conforman nuestra sociedad, y en la que también se incluyen los ámbitos de la población más joven», y ponía de ejemplo el CMIA de Catarroja, el Consejo Municipal de la Infancia y la Adolescencia, un órgano de desarrollo local orientado al servicio público y que conforman niños, niñas y adolescentes.
Por la Generalitat Valenciana intervenía José Tàrrega (D. G. Transparencia y Participación), que ha clausurado la jornada inaugural incidiendo en la necesidad de ofrecer a los más jóvenes todas las herramientas y el conocimiento para que puedan integrarse en el progreso social. «Debemos atender a su espíritu crítico y otorgarles espacios de participación que fomenten su desarrollo personal, y también colectivo como parte de la ciudadanía».
La psicopedagoga, maestra y divulgadora educativa, Sonia López Iglesias, ha sido la encargada de dirigir la primera ponencia: ‘Educar en positivo, no es maleducar’. A través de su experiencia personal y de su larga trayectoria como educadora, ha presentado las estrategias claves de este modelo que «a pesar de su prensa, tiene por objetivo educar desde el respeto y el amor incondicional establecimiento límites y atendiendo a las emociones. Una crianza donde la disponibilidad, la presencia y la validación emocional son pilares básicos».
López Iglesias, que también colabora con ‘El País’ y forma parte del Club de las Malasmadres, compartía con los asistentes que la educación positiva solo será efectiva si «adquirimos estrategias que nos ayuden a prevenir y anticiparnos a las conductas y situaciones inapropiadas, identificando y gestionando sus emociones y convirtiéndonos en expertos de la comunicación asertiva. Debemos entender que todas nuestras acciones dejan una semilla, y que la paciencia también pasa por dejarles tiempo para madurar y aprender».